jueves, 20 de enero de 2011

Què volen aquesta gent que truquen de matinada? *

(*¿Qué es lo quiere esta gente que llaman de madrugada?)


Como bien dijo Violeta Parra, ¡que vivan los estudiantes!

Al ser estudiante, se pertenece a un grupo en el que los comunes denominadores son la imaginación, la innovación y la irreverencia,. Ser estudiante es ser contestatario, es soñar con cambiar el mundo. 

En muchos países del mundo, ahora y en muchos momentos de la historia, al estudiante se le ha señalado, se le ha estigmatizado, se le ha censurado, ha sufrido los horrores de las dictaduras, ha contado muertos y desaparecidos por cientos y a veces por miles, cuando su único pecado, a veces, es ser demasiado ingenuos.

En nuestro contexto, al estudiante, tristemente, se le ha asimilado con aquellos grupos que tanto daño han hecho. Los estudiantes de las universidades públicas, sin negar que algunos han cruzado la frontera de la ilegalidad, han sido constantemente señalados como rebeldes sin causa.

¿Pero cómo se le culpa a los jóvenes por querer cambiar el mundo?

Esta es una discusión que podría extenderse mucho sin lograr una conclusión convincente para ninguna postura, pero creo que hay que comprender que los estudiantes solamente tienen el vicio de soñar.

Hoy hace algunos años tuve mi primer día como estudiante universitario, en la primera carrera que cursé antes de retirarme y transferirme a la de ahora. Y hoy, hace muchísimos años, 42 en total, lejos de aquí, en España, un estudiante murió por querer cambiar su sociedad.

Por eso hoy, que coinciden ambos hechos, escribo esto. No comparto el uso de la violencia y el desorden para hacerse escuchar, porque considero que eso es traicionar la imaginación y el espíritu crítico con los que el estudiante puede crear escenarios para plantear sus posturas, pero creo que ser irreverente y soñador bastan para que el estudiante sea alguien especial.

Ser estudiante es, sencillamente, romántico...


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En memoria de Enrique Ruano Casanova,
muerto en Madrid el 20 de enero de 1969, a sus 20 años de edad,
al caer de un séptimo piso cuando fue detenido por la policía franquista.

QUÈ VOLEN AQUESTA GENT
Lluís Serrahima - Maria del Mar Bonet

De matinada han trucat,
són al replà de l'escala;
la mare quan surt a obrir
porta la bata posada.

Què volen aquesta gent
que truquen de matinada?

"El seu fill, que no és aquí?"
"N'és adormit a la cambra.
Què li volen al meu fill?"
El fill mig es desvetllava.

La mare ben poc en sap,
de totes les esperances
del seu fill estudiant,
que ben compromès n'estava.

Dies fa que parla poc
i cada nit s'agitava.
Li venia un tremolor
tement un truc a trenc d'alba.

Encara no ben despert
ja sent viva la trucada,
i es llença pel finestral,
a l'asfalt d'una volada.

Els que truquen resten muts,
menys un d'ells, potser el que mana,
que s'inclina pel finestral.
Darrere xiscla la mare.

De matinada han trucat,
la llei una hora assenyala.
Ara l'estudiant és mort,
n'és mort d'un truc a trenc d'alba.

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ME GUSTAN LOS ESTUDIANTES
Violeta Parra

¡Que vivan los estudiantes,
jardín de nuestra alegría!
Son aves que no se asustan
de animal ni policía,
y no le asustan las balas
ni el ladrar de la jauría.
Caramba y zamba la cosa,
¡que viva la astronomía!

Me gustan los estudiantes
que rugen como los vientos
cuando les meten al oído
sotanas y regimientos.
Pajarillos libertarios,
igual que los elementos.
Caramba y zamba la cosa
¡que vivan los experimentos!

Me gustan los estudiantes
porque levantan el pecho
cuando le dicen harina
sabiéndose que es afrecho,
y no hacen el sordomudo
cuando se presenta el hecho.
Caramba y zamba la cosa
¡el código del derecho!

Me gustan los estudiantes
porque son la levadura
del pan que saldrá del horno
con toda su sabrosura,
para la boca del pobre
que come con amargura.
Caramba y zamba la cosa
¡viva la literatura!

Me gustan los estudiantes
que marchan sobre la ruina.
Con las banderas en alto
va toda la estudiantina:
son químicos y doctores,
cirujanos y dentistas.
Caramba y zamba la cosa
¡vivan los especialistas!

Me gustan los estudiantes
que con muy clara elocuencia
a la bolsa negra sacra
le bajó las indulgencias.
Porque, ¿hasta cuándo nos dura
señores, la penitencia?
Caramba y zamba la cosa
¡Qué viva toda la ciencia!

2 comentarios:

Joey dijo...

Post que ha recordado mi ilustre epoca de estudiante, aunque bastante agua corrido bajo el puente trae a mi esa remembranza de cuando quise cambiar elmundo antes que el mundo me cambiara a mi.

Merlín Púrpura dijo...

Amigo:

¿Cúando volverás a escribir?

Se te extraña en la blogosfera!

Abrazos mágicos y púrpuras